Cuenca enfrenta daños generalizados por los fuertes vientos, con múltiples árboles caídos, desprendimientos y un centenar de incidencias reportadas.
Cuenca está siendo golpeada con fuerza por la borrasca Ciarán. Estas condiciones meteorológicas adversas han llevado a fuertes vientos que han recorrido la provincia, registrando velocidades de hasta 95 km/h en lugares como Tarancón y alcanzando más de 80 km/h en varios puntos, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Estas ráfagas han causado estragos en toda la región, incluyendo la caída de numerosos árboles y ramas. Hasta el momento, el Servicio de Emergencias 112 de Castilla-La Mancha ha documentado más de 70 incidentes relacionados con el temporal, aunque, por fortuna, ninguno ha resultado ser de gravedad.
En Cuenca capital, áreas como el barrio Fuente del Oro han sido afectadas con árboles dañados, lo que ha requerido la intervención de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Bomberos municipales han trabajado en áreas populares como el Parque San Julián y el paseo fluvial del Júcar para eliminar árboles caídos y delimitar zonas seguras para los peatones.
Además, se reportan diversos daños en la infraestructura, como el desprendimiento de una farola, cascotes caídos debido a la destrucción de una chimenea, contenedores volcados y daños en fachadas de edificios.
La firma encargada del mantenimiento de Parques y Jardines, Cauler, se ha movilizado para retirar árboles caídos y señalizar áreas de riesgo, tomando medidas proactivas ante la amenaza que representan los fuertes vientos.
Ante la alerta naranja emitida, el Ayuntamiento de Cuenca ha tomado la decisión de cerrar parques y áreas fluviales para proteger a la población de posibles peligros, al mismo tiempo que insta a los ciudadanos a ejercer precaución y evitar áreas no balizadas. La seguridad sigue siendo la máxima prioridad ante este fenómeno natural que está dejando su huella en la región.
