La regidora indica que las labores para restaurar la normalidad en el municipio podrían extenderse más allá del cierre del año.
Casi un mes después de dos riadas que devastaron Buenache de Alarcón, el proceso de recuperación continúa. A pesar del esfuerzo incansable de los residentes, la normalidad parece lejana. Raquel Hortelano, la alcaldesa de la localidad, señaló que más de 200 viviendas han sido afectadas y que al menos diez familias todavía no pueden regresar a sus hogares. «Aún hay calles destrozadas y áreas inaccesibles», comentó Hortelano.
Uno de los principales problemas que enfrenta el municipio es el estado del arroyo, que se encuentra obstruido. «Si llegara otra fuerte lluvia, podría ser catastrófico», advirtió la alcaldesa. Ya se ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Júcar que realice una limpieza urgente.
Actualmente, el ayuntamiento está enfocado en tramitar las ayudas designadas tras ser reconocido como Zona Gravemente Afectada por Emergencia. Aunque las solicitudes han sido enviadas a la Subdelegación del Gobierno, aún están esperando una respuesta.
