Cuenca en alerta: El descontrolado botellón de Domingo de Ramos preocupa al Ayuntamiento
En vísperas de una nueva Semana Santa, el Ayuntamiento de Cuenca se encuentra en estado de alerta ante el ya tradicional macrobotellón del Domingo de Ramos, un evento que ha generado gran preocupación entre las autoridades locales. La celebración, que se desata tras la emblemática procesión en las históricas calles de Cuenca, ha sido calificada como un desafío complicado por Saray Portillo, portavoz del equipo de gobierno y concejala de Seguridad Ciudadana.
Consciente de la magnitud del problema, que cada año congrega a multitudes en la parte alta de la ciudad, el Ayuntamiento ha admitido la dificultad de implementar medidas restrictivas en áreas tan abiertas y emblemáticas como el barrio del Castillo o la Plaza Mayor. La solución, según Portillo, radica en intensificar las campañas de sensibilización y concienciación entre los jóvenes, en un esfuerzo por mitigar las consecuencias de estos encuentros masivos.
El año pasado, la situación alcanzó tal punto que fue necesaria la intervención de efectivos especiales de la Policía Nacional, desplegados específicamente para controlar las aglomeraciones. Este año, el Ayuntamiento planea anticiparse a los eventos, iniciando desde la próxima semana reuniones para afinar los protocolos de seguridad de Semana Santa.
Aunque aún no se han detallado cambios significativos respecto a los planes de años anteriores, la anticipación de estas reuniones sugiere un esfuerzo por reforzar la seguridad y la prevención, en un intento por equilibrar la celebración religiosa y cultural con el orden público.
La persistencia de este fenómeno refleja el desafío que enfrentan las ciudades históricas como Cuenca, donde la conservación del patrimonio y las tradiciones debe convivir con las dinámicas sociales contemporáneas. El Ayuntamiento se prepara así para una Semana Santa más, esperando que la conciencia colectiva y la colaboración ciudadana prevalezcan sobre el desenfreno.
