Las fuerzas de seguridad reconstruyen la historia de las cúpulas de la banda con el fin de reforzar una nueva vía en la Audiencia Nacional
17/04/2023 – RM Noticias. Mira
Desde hace meses, las fuerzas de seguridad del Estado han estado revisando los archivos que han recopilado sobre ETA durante décadas, incluidos los documentos incautados en Francia. La finalidad de este esfuerzo es avanzar en los casos judiciales que se han reactivado recientemente contra los antiguos líderes de la organización terrorista, superando el estricto pacto de silencio que estos mantienen. Según el periódico de El País, los jueces de Instrucción de la Audiencia Nacional han pedido información en ocho casos que implican a 23 miembros de las diversas cúpulas de ETA, con el propósito de reconstruir su estructura jerárquica y demostrar que nada sucedía en la banda sin que ellos lo ordenaran o supieran.
La Audiencia Nacional está persiguiendo una nueva vía para procesar a los exjefes de ETA gracias al impulso de asociaciones de víctimas como Dignidad y Justicia (DyJ). Se les señala como «autores mediatos por dominio» de los atentados cometidos por sus subordinados, lo que significa que se les considera inductores intelectuales de los crímenes al tener un control total sobre la organización. A pesar de esto, los exdirigentes etarras se han negado a cooperar con las investigaciones. El último ejemplo se produjo el 23 de marzo pasado, cuando tres de ellos (Javier García Gaztelu, alias Txapote; Ainhoa Mugica, Olga; y Juan Antonio Olarra, Jokin) rechazaron declarar en relación con el asesinato del juez Francisco Querol, su chófer y su escolta, perpetrado con un coche bomba en Madrid el 30 de octubre de 2000.
A pesar de la falta de cooperación de los investigados, los grupos especializados de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Ertzaintza han estado proporcionando informes exhaustivos de cientos de páginas a la Audiencia Nacional. Estos análisis recopilan una gran cantidad de material, como cartas, manuscritos, discos compactos, boletines internos y sentencias, con el fin de reconstruir la estructura de la cima de ETA y cómo operaba con una mano de hierro.
Estructura de la cúpula
Según los informes enviados a la Audiencia Nacional, primero se detalla el diseño estructural de la cúpula de ETA antes de mencionar a sus miembros. En un informe policial del 14 de marzo de 2023, elaborado por la Oficina Central de Inteligencia de la Ertzaintza sobre un atentado en Ondarroa (Bizkaia) en 2008, se destaca que la organización tenía tres aparatos principales (militar, logístico y político) y, en ocasiones, un cuarto: el aparato internacional. Además, el informe señala que la estructura dedicada a la tesorería ha estado tanto dentro como fuera del aparato político en distintas fases históricas.

Después de describir la estructura de la cúpula de ETA, los investigadores se han centrado en recopilar pruebas que demuestren la integración de los etarras señalados en ella. Es crucial demostrar la pertenencia de cada uno de ellos para poder avanzar en las causas en curso. Una prueba fundamental fue encontrada en 2004 en Salies-de-Béarn (Francia) durante la operación que llevó al arresto de Mikel Albisu, Antza, y María Soledad Iparraguirre, Anboto. En dicha operación, se encontraron tablas de datos en las que se contabilizaba mensualmente el número de militantes de ETA clasificados según la estructura en la que estaban encuadrados. Estas tablas detallaban las distintas secciones de la cúpula y sus miembros, identificados mediante iniciales.

Jerarquización
Todos los informes concuerdan en que ETA operaba bajo una estructura jerárquica, donde las órdenes se transmitían de manera vertical, desde la cúpula hasta los miembros de menor rango, y donde se esperaba que estas fueran cumplidas sin cuestionamientos.
La Guardia Civil explica en uno de los informes que “Las acciones terroristas cometidas por los comandos armados eran el reflejo del diseño de la estrategia a seguir en cada momento realizada en el seno de su comité ejecutivo”. También la Ertzaintza destaca lo mismo en sus conclusiones: “ETA ha sido una organización perfectamente estructurada, donde cada uno de sus componentes ha tenido una misión y se ha encontrado sometido a la disciplina y a las órdenes que el comité ejecutivo ha dictado en cada momento”.
Cartas y cantadas
Recientes informes de la Guardia Civil y la Policía Nacional han destacado las cartas manuscritas recuperadas durante operaciones antiterroristas, como las firmadas por José Javier Arizcuren, conocido como Kantauri, que fueron intervenidas en la desarticulación del Comando Vizcaya en 1997 y que se han incorporado al sumario del asesinato del exconcejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco.
Existían también existían las «cantadas», que eran manuscritos que los miembros de ETA detenidos estaban obligados a elaborar y enviar rápidamente a la dirección de la organización, en los que informaban sobre cómo se produjo su arresto, qué lo propició, los atentados que habían cometido y qué información habían proporcionado a la policía y al juez. Todo esto se hacía para que los líderes de la banda pudieran tomar medidas de seguridad para evitar que otros terroristas fueran capturados y para conocer qué infraestructura estaba en riesgo. La policía considera que estos textos eran entregados personalmente a los dirigentes de la organización y, por lo tanto, su descubrimiento en su poder es una prueba de su importancia dentro de ETA.
La policía cree que estos textos eran entregados personalmente a los líderes de la organización y, por lo tanto, encontrarlos en su poder es una prueba de su importancia dentro de ETA. En septiembre de 2000, la policía incautó a Iñaki Gracia Arregi, también conocido como Iñaki de Rentería, en su residencia en la villa de Bidart (Francia), las llamadas «cantadas» dirigidas a Gorosti, el alias utilizado por él.
Documentos internos
En medio de toda esta cantidad de información, se destaca un CD encontrado durante la operación que llevó al arresto de Antza y Anboto. Este dispositivo contenía 151 comunicados y notas de prensa de ETA, así como 14 entrevistas difundidas por la organización entre enero de 1992 y diciembre de 2003. Según un informe policial, resulta evidente que esta documentación, de un nivel estratégico tan alto, solo podría estar a disposición de los máximos responsables de ETA, en particular los miembros de la zuba.