Los acusados admitieron los hechos tras el acuerdo alcanzado entre sus letradas y la Fiscalía
El Juzgado de lo Penal 3 de la capital celebró ayer el juicio contra dos hombres acusados de atracar una sucursal bancaria en Montealegre del Castillo, en julio de 2024, enfrentándose a una pena inicial de cuatro años de prisión.
La vista comenzó con un retraso de aproximadamente una hora, debido a problemas técnicos, ya que uno de los acusados declaró por videoconferencia, y a las negociaciones entre las abogadas de la defensa y la Fiscalía para alcanzar un acuerdo.
Gracias a este acuerdo, los procesados admitieron su culpabilidad a cambio de una reducción en la pena, que pasó de los cuatro años iniciales a 25 meses y 16 días de prisión por el delito de robo, además de una multa de 180 euros por lesiones. Ambos acusados aceptaron la pena y, al renunciar a recurrir la sentencia, la titular del Juzgado de lo Penal 3 la declaró firme en el mismo acto del juicio.
Además de la pena de prisión, los acusados deberán indemnizar a la trabajadora del banco con 90 euros, más los intereses legales correspondientes. También se les prohíbe comunicarse o acercarse a la empleada, a la sucursal o a su vivienda durante tres años y ocho meses.
Durante la vista, la abogada de R.F.R. solicitó la ejecución inmediata de la pena, mientras que la letrada de J.J.F.F. pidió la suspensión extraordinaria de la pena para su cliente, debido a su dependencia de sustancias, una decisión que queda pendiente de la titular del juzgado.
La confesión
En el juicio, los procesados R.F.R. y J.J.F.F. admitieron que, el 15 de julio de 2024, alrededor de las 13:30 horas, con ánimo de lucro ilícito y siguiendo un plan preconcebido, acudieron a una sucursal bancaria en Montealegre del Castillo en un vehículo propiedad de R.F.R.
J.J.F.F. permaneció en el vehículo mientras R.F.R. ingresaba al establecimiento, asegurando así la huida. Dentro del banco, R.F.R. se acercó al mostrador y, fingiendo interés en abrir una cuenta bancaria para distraer a la empleada, sacó un cuchillo de 20 centímetros que llevaba oculto y le exigió: «dame todo lo que tengas». La empleada activó el botón antiatraco e intentó defenderse, resultando herida en un dedo de la mano izquierda con una lesión leve que sanó en tres días sin necesidad de tratamiento adicional.