Castilla-La Mancha y Valencia fortalecen la cooperación sanitaria para beneficiar a las comunidades limítrofes
En un reciente encuentro en la Delegación de la Junta en Cuenca, representantes de Castilla-La Mancha y la Comunitat Valenciana han dado un paso adelante para actualizar el convenio de atención sanitaria que beneficia a los habitantes de las zonas fronterizas entre ambas comunidades. Este convenio, vigente desde 2012, ha sido objeto de revisión para incorporar mejoras significativas en el servicio a los ciudadanos.
La reunión contó con la presencia de altos cargos de ambas regiones, incluyendo a Jesús Fernández Sanz y Alberto Jara por Castilla-La Mancha, y a Marciano Gómez por Valencia, quienes evaluaron las acciones realizadas bajo el actual convenio y discutieron cómo potenciar aún más esta colaboración.
El acuerdo intercomunitario, que subraya la estrecha relación territorial, histórica, económica y cultural entre Castilla-La Mancha y Valencia, ha demostrado ser un vehículo eficaz para el desarrollo de proyectos conjuntos que favorecen el progreso y bienestar de sus poblaciones. La atención sanitaria de primer nivel en áreas limítrofes es un claro ejemplo de cómo esta cooperación ha mejorado la accesibilidad a servicios esenciales, permitiendo a los ciudadanos recibir atención en los centros más próximos a sus hogares, independientemente de la comunidad a la que pertenezcan.
En concreto, el convenio facilita que los residentes de la Comunitat Valenciana en el Valle de Ayora y de determinadas localidades de la provincia de Cuenca puedan acceder a servicios sanitarios en el Hospital de Almansa y el Hospital de Requena, respectivamente. Esta medida no solo optimiza los recursos sanitarios disponibles sino que también asegura una atención más rápida y eficiente para los pacientes.
Tras una reunión marcada por la confianza y el compromiso mutuo, los delegados acordaron trabajar en la redacción del nuevo convenio, que incluirá innovaciones destinadas a mejorar aún más la calidad de la atención sanitaria para los ciudadanos de las zonas fronterizas. Esta colaboración entre Castilla-La Mancha y Valencia se perfila como un modelo a seguir en la gestión de la salud pública, destacando la importancia de la cooperación interregional en la mejora continua de los servicios a la comunidad.
